La risa, remedio infalible

De 6/11/13

Televisión

La risa, remedio infalible

La risa, remedio infalible

La comedia tiene una trama sencilla, quizá demasiado. Pero el eje es Mike Henry, y ese presentador de noticias estrella de la NBC que tuvo que alejarse de la pantalla afectado por el mal de Parkinson y cinco años después decide volver, no es otro que el “alter ego” de su protagonista, Michael J. Fox.

Esta impronta autobiográfica que tiene El show de Michael J. Fox, la sitcom que acaba de estrenar el canal Comedy Central (los lunes a las 21) es lo que marca a este producto como diferente, incluso si todavía no se puede apreciar suficiente carnadura en el resto de los personajes. Porque a este hombre (el de la ficción) lo rodea una familia empeñada en hacerlo volver al trabajo, pero de un modo en que él crea que la decisión fue exclusivamente propia. Y en eso anduvieron Annie, su mujer (Betsy Brandt), su hijo mayor Ian (Conor Romero), su hija adolescente Eve (Juliette Goglia), y el más chico, Graham (Jack Gore). Y en eso también anda el que fue su jefe en la NBC, Green (protagonizado por el siempre brillante Wendell Pierce, de The Wire).

Mike/Michael se lleva, como es obvio, los laureles de las escenas más emocionantes, como aquella en la que su hijo menor lo ayuda a abrir un frasco, pero también los de las más divertidas, aunque un tanto ácidas, si se tiene en cuenta que esta familia aprendió a convivir con el Parkinson y no está para andar haciéndole concesiones al padre, por ejemplo, a la hora de cenar.

De aquí en adelante, a las situaciones caseras habrá que sumarle las propias del regreso al trabajo, y para ambas se prometen las actuaciones especiales de una lista de invitados de primer nivel: desde Candice Bergen hasta Anne Heche pasando por Tracy Pollan, la esposa de Fox y madre de sus cuatro hijos.

Hablar casi de sí mismo en la serie que marca su regreso como protagonista - El show de Michael J. Fox- no deja de ser una apuesta valiente por parte del actor de Volver al futuro. A los 52 años, pone en el centro de la escena su propia enfermedad, pero escapándole a generar lástima, y apostando a divertir al público con el humor irresistible que lo hizo famoso. “Es lo que me ha tocado a mí. Es mi realidad y mi vida, pero no es horrible. Y tampoco lo es que alguien me diga ‘Me tenés cansado con tanta tembladera’ . Ni en que yo conteste ‘A mí también’ . Es así, no lo podemos controlar, y no hay que enojarse con el que lo hace, y tampoco con el que se enoja.

Porque saber reírse ante las dificultades y desafíos de la vida es un verdadero talento, y Michael J. Fox demuestra que es uno de los tantos que posee.

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