El Almodóvar original

Seguramente no sea el mejor Almodóvar, y esté lejos del nivel que el manchego alcanza cuando se lanza al melodrama, con o sin tintes de thriller. La última realización del director de La ley del deseo y Mujeres al borde de un ataque de nervios regresa al cine de sus comienzos, aquel en el que el desparpajo y el doble sentido eran las herramientas de su comicidad, para parodiar y/o burlarse de personajes más o menos arquetípicos.

La trama es mínima: un vuelo que debería llegar a México debe dar vueltas en el aire por un desperfecto que no le permite aterrizar en ningún aeropuerto. Los asistentes de a bordo drogan a la mayoría de los pasajeros, y con los que quedan más o menos despiertos se originarán todo tipo de extrañas historias.

La película por momentos tiene un logrado clima de vieja movida madrileña, con algún clip musical improvisado, mucha algarabía, sexo más o menos exacerbado y frases sobre la realidad socioeconómica española y mundial. Con Cecilia Roth, Javier Cámara, Carlos Areces, Lola Dueñas y Hugo Silva, a quien recientemente vimos en Las brujas, de otro enfant terrible del cine hispano, Alex de la Iglesia.