Medio siglo de Mafalda

Medio siglo, 50 añitos de existencia y sigue tan fresca como cuando nació. Hoy es el cumpleaños de Mafalda y el mundo lo festeja. Difícil tratar de explicar por qué la hija de Joaquín Lavado (Quino) es tan querida, quizá sea a causa de su ingenio, el humor y la ironía implícitas en sus viñetas, la simpleza y la cotidianidad de sus historias, sus frases que se han convertido en clásicos…

Pero el hecho que más llama la atención es cómo Mafalda evolucionó de ser un personaje creado para promocionar artefactos electrodomésticos hasta convertirse en un ícono cultural. Esa sí que fue la gran transformación.

Pero empecemos por el comienzo, como dicen algunos. A mediados de 1962, el humorista, crítico, escritor y sibarita Miguel Brascó, recibió una llamada de la compañía Agens Publicidad con la idea de elaborar una tira para hacer propaganda encubierta de unos electrodomésticos de la marca Mansfield, de la empresa Siam Di Tella.

Brascó le propuso dibujar los personajes a su amigo Quino, quien ya tenía algunos años en Buenos Aires publicando diversas historietas. Este se aprestó a trabajar sobre la idea de una familia típica (papá, mamá, hijo, hija) en la que cada uno de los personajes tuviera nombres que empezaran con la letra M de Mansfield y las acciones se desarrollaran mostrando diversos electrodomésticos.