Festival Internacional de Teatro del Mercosur
De 10/10/13
Festival Internacional de Teatro del Mercosur
Algo que brinda sabor local y diferencia a este inabarcable e ineludible festival bianual del resto de los que acontecen en la Argentina, es no centrarse únicamente en la bella ciudad de Córdoba. Además de apropiarse de una multiplicidad de espacios urbanos oficiales, públicos, privados y no convencionales, se expande por el interior provincial, en un recorrido itinerante de algunas obras que llegan a un sinfín de rincones y espectadores.
Mientras dura el evento, literalmente, Córdoba respira teatro: la programación de la 9° edición del Festival Internacional de Teatro del Mercosur respalda su impronta popular y al mismo tiempo variada. Esta vez, con elencos locales, propuestas porteñas, espectáculos de las lejanas Finlandia, Canadá, Italia, España, Sudáfrica y, por supuesto, de países latinoamericanos como México, Costa Rica, Bolivia, Perú, Nicaragua, Colombia, Brasil, Uruguay y Chile.
El viernes, la apertura fue con el grupo peruano Teatro del Milenio, quien con instrumentos de percusión no tradicionales, invadió el Paseo del Buen Pastor. Allí, el domingo, en una capilla desacralizada, Daniel Fanego interpretó con su magnífica voz de trueno El último verso, un breve y lúcido monólogo de Patricia Zangaro, dedicado a los últimos minutos de la vida de Armando Discépolo.
El Palacio Ferreyra alojó a la talentosa española Debora Izaguirre, que representó Medea vindicada y el Museo Caraffa, a Leonor Manso, que deslumbró como la atormentada protagonista de Psicosis 4.48, de Sarah Kane.
Entre las opciones autóctonas, tal vez Número 8 sea la de perfil más arriesgado e imaginativo: liderado por el director cordobés Luciano Delprato, su grupo Organización Q reflexiona de manera mordaz sobre el fin de nuestra existencia. La obra también sirve para observar la sólida formación de los actores locales, entre los cuales habría que destacar al joven Rafael Rodríguez.
El festival, que dirige Raúl Sansica, sumó a la ya enorme oferta, diversos talleres dictados por Rubén Szuchmacher y Omar Pacheco, entre otros; y un homenaje al dramaturgo y cineasta Santiago Loza. Hijo pródigo de Córdoba, aquí se podrán disfrutar cinco de sus creaciones: La mujer puerca, Todo verde, El mal de la montaña, Matar cansa y Nada del amor me produce envidia, en la nueva versión de Soledad Silveyra.
Todo está dispuesto para que hasta el domingo, Córdoba siga transformándose en un territorio de emociones.
Mientras dura el evento, literalmente, Córdoba respira teatro: la programación de la 9° edición del Festival Internacional de Teatro del Mercosur respalda su impronta popular y al mismo tiempo variada. Esta vez, con elencos locales, propuestas porteñas, espectáculos de las lejanas Finlandia, Canadá, Italia, España, Sudáfrica y, por supuesto, de países latinoamericanos como México, Costa Rica, Bolivia, Perú, Nicaragua, Colombia, Brasil, Uruguay y Chile.
El viernes, la apertura fue con el grupo peruano Teatro del Milenio, quien con instrumentos de percusión no tradicionales, invadió el Paseo del Buen Pastor. Allí, el domingo, en una capilla desacralizada, Daniel Fanego interpretó con su magnífica voz de trueno El último verso, un breve y lúcido monólogo de Patricia Zangaro, dedicado a los últimos minutos de la vida de Armando Discépolo.
El Palacio Ferreyra alojó a la talentosa española Debora Izaguirre, que representó Medea vindicada y el Museo Caraffa, a Leonor Manso, que deslumbró como la atormentada protagonista de Psicosis 4.48, de Sarah Kane.
Entre las opciones autóctonas, tal vez Número 8 sea la de perfil más arriesgado e imaginativo: liderado por el director cordobés Luciano Delprato, su grupo Organización Q reflexiona de manera mordaz sobre el fin de nuestra existencia. La obra también sirve para observar la sólida formación de los actores locales, entre los cuales habría que destacar al joven Rafael Rodríguez.
El festival, que dirige Raúl Sansica, sumó a la ya enorme oferta, diversos talleres dictados por Rubén Szuchmacher y Omar Pacheco, entre otros; y un homenaje al dramaturgo y cineasta Santiago Loza. Hijo pródigo de Córdoba, aquí se podrán disfrutar cinco de sus creaciones: La mujer puerca, Todo verde, El mal de la montaña, Matar cansa y Nada del amor me produce envidia, en la nueva versión de Soledad Silveyra.
Todo está dispuesto para que hasta el domingo, Córdoba siga transformándose en un territorio de emociones.
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